Por Bill Milligan e Yndiana Montes/Solocaribemexico.com/Solocaribe.Com

A solo 45 minutos al sur de Cancún… la cálida brisa y las playas de arenas blancas y suaves, acogen miles de residentes locales y visitantes extranjeros, y prensa especializada nacional e internacional. Este año asistieron más canadienses que americanos y europeos, favorecidos los primeros por las tendencias de los mercados.

Este fue el panorama que marcó la edición de este año. El Mahekal Beach Resort hospedó nuevamente a la prensa internacional, y era delicioso caminar por Playa Mamitas mientras los músicos hacían sus pruebas de sonido para esta oportunidad única de tocar en vivo en un escenario matizado por palmeras y un ambiente tropical.

Es GRATIS señores, es GRATIS este festival! Bellas mujeres escasas de ropas se mezclaron entre ellas y con sus congéneres masculinos, saboreando margaritas y descansando del ardiente sol del día en esos gloriosos atarderes del Mamitas Beach Club de Playa del Carmen. Con el aire soplando fuerte en sus rostros, los músicos practicaban sus notas en un enorme escenario erigido sobre una playa espectacular. Sus notas musicales llenaban el aire mientras que las embarcaciones de varios tamaños velereaban estratégicamente captando los sonidos que parecían flotar sobre el agua. Restaban solo tres horas para el inicio del espectáculo…

Primera noche… a casa llena, las palmeras meciéndose suavemente, la gente echada sobre toallas o sentadas en tumbonas de playa con sus cavas repletas de bebidas heladas, estiradas en dirección al sur a lo largo de la orilla de la playa, aguardando por la actuación de la primer artista, Natalia LaFourcade, ganadora del premio MTV Latino, un alma irreverente nacida en México.

La talentosa mezcla de Natalia de música evocadora e innovadora dirigida a un público más joven, puso de pie a la multitud sedienta de adrenalina que quería más, mucho más. Una hora después, la multitud que ya había entrado en calor daba la bienvenida al compositor y tecladista Jeff Lorber.

Ahora con un público más exaltado llegaba Lorber, conocido desde la década de los años 70 por su fusión de sonoridades tradicionales con ritmos como el rock, Rhythm & Blues, funk y música electrónica. Su combinación de armonías complejas, tiempos y ritmos lo llevaron al estrellato en el ámbito nacional y mundial en el mundo de la Fusión. Junto a su banda, este virtuoso del teclado abrió y cerró con ritmos intrincados, poderosamente innovadores e improvisados que consiguieron arrastrar al público durante más de una hora. 

Para el cierre de la primera noche se reservó al mundialmente conocido Randy Brecker, un ganador del premio Grammy cuya historia está ligada a bandas como Sangre, Sudor y Lágrimas, David Sanborn, Horace Silver y muchos otros. Su legendario estilo de fusión que incorpora Rhythm and Blues, Funk, música brasileña, ritmos mundiales, Latin y jazz, hizo que la multitud congregada en Mamitas se moviera al más puro ritmo funky. Y así culminaba la primera noche con los amantes al jazz, deleitados y listos para adentrarse en la escena del café europeo que domina la Quinta Avenida, ubicada a solo unas cuadras de distancia…

La segunda noche arrancó con los hermanos Toussaint, Enrique y Fernando, rindiendo un emotivo homenaje a su otro hermano, Eugenio, fallecido recientemente. Una interesante acuarela de música grabada previamente por Eugenio se fundió con la interacción en vivo de sus hermanos, de conjunto con el acompañamiento de la percusión latina aportada por Armando Montiel y el tecladista Enrique Pat. Jazz fusión en su nivel más elevado… interpretado meticulosamente. Nuestra colega mexicana Laura Viadas secaba sus lagrimas recordando a Eugenio, y nosotros enternecidos oímos de su boca la historia de su vida y obra. Gran músico.., que seguramente estaba complacido más cerca que lejos del bello homenaje que banda y público rindió en esa arena.

A continuación subió a escena el conocido vocalista y guitarrista Jon Anderson, quien se adentró en el pasado con un recuento de sus éxitos más famosos, además de un saludo a las piezas Give Peace a Chance y All You Need is Love de John Lennon. En la rueda de prensa, el demostró ser una persona muy sensible y holística, y fue un placer escuchar su timbre de voz y verlo en escena.

El cierre de la segunda noche estuvo a cargo de Stanley Clarke, quien pasó del bajo eléctrico al contrabajo, adentrándose igualmente en sus éxitos pasados, desde “Return” hasta “Forever”. Lo acompañaron cuatro jóvenes músicos, incluyendo a un violinista, que conjuraron los recuerdos de Jean-Luc Ponty con un acompañamiento mientras Clarke interpretaba sus piezas en medio de ritmos funky y fusionados.

Tras el cierre de Clarke, muchos se dirigieron hacia la Quinta Avenida, todavía hablando de las tremendas interpretaciones y buscando algo de actividad nocturna. Y “La Bodeguita del Medio” fue el lugar escogido. Con sus ventanas abiertas, son cubano y salsa estremecieron calles y cuerpos sudorosos y sedientos de más emoción.., mientras se servía ron y la gente bailaba dentro.

La última noche arrancó con un interesante collage de viejos filmes en blanco y negro proyectados en grandes pantallas, mientras el compositor Alex Otaola dirigía su banda de once músicos, quienes interpretaron piezas salpicadas de rock, jazz, música electrónica y un toque de Zappa. La multitud emprendió un viaje hipnótico al pasado de la historia del cine, acompañado igualmente por una odisea futurista dentro de los predios del propio Otaola, que se ha paseado por el rock y el reggae, pro que ahora parece encaminarse definitivamente en música para cine.

Después de Otaola, el guitarrista Richard Bona hizo sus interpretaciones con una combinación de pop, funk, ritmos caribeños y una profunda incursión en sus raíces africanas. De la mano de su banda, su interpretación de los ritmos latinos hizo que el público se pusiera en un tono de insaciable deseo por seguir escuchando buena música. La prensa, acantonada en uno de los bares del Club de Playa Mamitas,  aprovechó para “echar un pie”, y las culpables del alboroto fueron quien esto escribe y la irreverente colega ecologista, Laura Viadas.

Para el cierre del Festival, la celebración de los treinta años de existencia del bandón Yellow Jackets fue una buena excusa para más entusiasmo de los melómanos y afines. Ellos alzaron el vuelo con su repertorio de jazz fusión, un final adecuado para un evento que se ha catapultado en el espectro de festivales de jazz en el Caribe. El próximo año se celebrará el primer decenio del Riviera Maya Jazz Festival, y hemos oído grandes nombres del jazz internacional para esta memorable ocasión. Y con el favor de nuestros ángeles y espíritus estaremos nuevamente en esa rica arena tibia cubriendo el evento para ustedes.

Feliz Navidad y Próspero 2012 de parte de Bill and Yndie!

*Bill Milligan e Yndiana Montes fueron invitados a presenciar el Riviera Maya Jazz Festival por cortesía del Fideicomiso para el Desarrollo de la Promoción Turística de la R.M. www.rivieramaya.com